domingo, febrero 24

polvo eres y en polvo te convertirás

Pues estamos en plena cuaresma, época de recogimiento y reflexión. El Pávido Návido los invita a pensar en lo mal que se han portado y potenciarlo a través de uno de los mayores placeres, que por supuesto constituye un pecado: la gula. ¿A quién chingados se le ocurrió que comiendo pescado y otras suculencias podíamos dedicarnos a la meditación y a la contemplación crística? Alabado sea el Santísimo y los platillos de cuaresma. He aquí el top Návido de los manjares de esta dichosa época que finaliza con el atascón en Acapulquito, Oaxtepec o ya de a pobre en el Elba.

10. Nopales navegantes: huevitos nadando en un caldillo de jitomate, con nopales rebanados en tiras, el toque de guajillo es opcional pero es la neta. Debe servirse en plato hondo, con cuchara y unas tortillas calentadas en comal y pulque para dos, pulque para dos.
9. Charales en salsa verde: los charales pueden ser empanizados o de ajo, en una salsa verde poco picosa, sus nopalitos y sus papitas, unas tortillas, un curadito de piña y el mundo sonrie conmigo.
8. Chiles rellenos (merecen todo un tratado por ser una de las debilidades návidas) para la ocasión se recomiendan los de queso, capeaditos en huevo y harina, bañados por su caldillo de jitomate (no sé por qué artes le dicen "especie" en el oriental estado de Puebla), se antojan con frijoles negros, tortillas calientes y un mundet rojo, de postre un ojo de pancha con té de hojas y silencio que están durmiendo los nardos y las azucenas.
7. Torta de sardina: puede ser calmex, dolores o hasta marca propia, huevo cocido, una ayudadita de mostaza, unas rajas de jalapeño, una caña de barril oscura y estamos en lugar prohibido.
6. Pulpos en su tinta: con su arroz, unos chipotles, unas tostadas venado, una cubita bien fría y que no quede huella que no, que no.
5. Huanzontles: rellenos de queso panela, capeados en huevo, con su caldillo de pasilla casi mole (los mejores los prepara mi papá, sin varas, pura semilla), tortillas azules, frijoles negros, una victoria bien fría y que más da que la gente nos diga... conozco a los dos.
4. Bacalao a la vizcaina: la verdad esque sabe mejor en la Navidad y sus días posteriores, pero nunca hay que decirle no a un platito de bacalao con sus alcaparras, aceitunas, aceitito de oliva, harto jitomate, sus chiles güeros, sin espinas, caldosito, con su bolillo, su vino tinto y ay mámá yo no sé lo que tiene el negro.
3. Tortitas de camarón: la clásica tortita de camarón (las mejores son las de pulpa molida exclusivas de cercanos návidos) en chile guajillo, arrocito rojo, tortillas calientes, curado de jitomate y a la orillita del río, a la sombra de un pirú.
2. Ejotes con huevo: así, humilditos sabrosotes, naturales o en salsa roja, unas totillas de harina , curado de piñón y vámonos donde nadie nos juzgue.
1. Romeritos: (por mucho y con las dificultades que la elección exige, el platillo devocional del Pávido Návido) con mole super especial navideño del molino La Victoria (Delicias, Col. Centro), chocolate ibarra, papitas cambray, nopalitos, tortillas o bolillo (o tortillas y bolillo) hasta con tecate saben buenos y alma mía la gloria eres tú.

jueves, febrero 7

FELIZ AÑO NUEVO

El día de hoy es año nuevo para uno de cada seis habitantes de este planeta. Lo que para los occidentales será 2008 y parte de 2009 para los chinos será el año de la rata (no, no festejarán a carlitos salinas de gortari), así que la colonia china que habita en el chilango está de plácemes allá por la calle de Dolores con dragoncitos bailarines, galletas de la suerte y un montón de chucherías (chinas of course) para la buena suerte, la abundancia y la fortuna. Sirva este momento para hacer un homenaje a aquellos establecimientos que tanto han contribuído a la cultura culinaria de esta ciudad: Los Cafés de Chinos. Toda colonia que se precie de serlo tiene en sus calles al menos un café de chinos con sus abrazos de piña, bisquets, rebanadas de manteca y cubiletes en la vitrina de la entrada; su té verde su club sangüis y sus molletes en la carta; sus faroles, su pecera, su buda y sus cuadros de geishas en la decoración; sus meceras de la colonia martín carrera, sus garroteros de san bernabé y su chino mexicano tras la caja. Qué fortuna la del viandante que después del hotelazo se echa sus chilaquiles con harto pollo, crema y ajo; qué alivio el del oficinista que le entra a los tacos dorados antes del segundo turno; qué gusto el del infante que después de un domingo chapultepequero se engulle su hamburguesa con sus papas a la francesa. ¿qué sería de nuestras mañanas solitarias de día de examen extraordinario sin nuestro café con leche en vaso? Las sugerencias del Pávido Návido: Kowlong en Revolución, Shangai también en Revolución, El Rosales en Rosales, El Popular en 5 de Mayo y creo que ya, todos tienen cucarachas, pero el agua de jamaica es la pura onda. Provecho.


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lunes, febrero 4

La Candelaria

¿qué mejor fecha para comenzar este blog que el dos de febrero?, claro con un par de días de retraso, pero aquí estamos, alegrándonos del placer de festejar comiendo. Para esta ocasión, en que celebramos la presentación del Niño Jesús al templo, se preparan tamales, un platillo de ascendencia prehispánica con una variedad casi infinita que se renueva con cada cocinero que los prepara. Los hay chilangos de salsa verde y pollo; yucatecos con carne de cerdo y achiote; oaxaqueños de mole negro; chiapanecos con huevo, ciruela pasa y aceituna; norteños con carne de res; costeños de salsa roja; rancheros de rajas y queso... y así podríamos seguir con una larga lista de rellenos, masas, envoltorios y formas de servirlos. Pero hoy comenzamos postreros y acudimos al Pávido Návido para que nos obsequie su receta de tamales de fresa, dulces para el Niño Dios.
Para 25 tamales de fresa requerimos los siguientes ingredientes:

1kg de harina para tamal (no nixtamal)
1kg de fresas lavadas y desinfectadas
1/2 kg de manteca (de cerdo o vegetal, asegún los triglicéridos)
250 g de azúcar (si se desean muy dulces los tamales aumentar la cantidad sin llegar a los 500 g)
50 g de bicarbonato
30 g de sal
25 totomoxtles (hoja de maíz seca)
1 lt de agua
1 sobre de pintura vegetal color rosa (si no se quieren ver tan quebrados usen el color que quieran)


también necesitamos los siguientes utencilios

cuchillo, batea de 30 cm de diámetro y unos 15 cm de profundidad, pala de madera, olla vaporera

para preparar los tamales procederemos así:

Mezclar la harina con la sal y el bicarbonato.
Acremar la manteca en la batea, procurando cubrir de manteca la superficie de ésta.
Añadir la harina preparada a la manteca e incorporarlas hasta que se formen pequeñas bolitas. Poco a poco incorporar el agua sin dejar de batir la mezcla con la pala de madera, siempre hacia el mismo lado, añadir también la pintura (el tono se oscurece al cocer los tamales).
Batir hasta que la mezcla sea homogénea, que haga ojitos (es decir que se abran pequeños cráteres de masa en el fondo y en las paredes de la batea), se pueden incorporar las fresas en este momento (de esta manera la fruta se esparce por todo el tamal y no queda sólo al centro).
Dejar reposar la masa entre diez y quince minutos.
Remojar los totomoxtles en agua caliente para que no se quiebren, escurrirlos.
Una vez escurridos los totomoxtles añadir, uno a uno, una cucharada de la masa, si aún no se ha agregado la fruta poner un poco de ella a cada tamal y envolverlo.
Colocar los tamales de forma vertical en una vaporera con suficiente agua, cocerlos a fuego alto al rededor de una hora (cuando el tamal se despegue de la hoja está listo para comerse).
Los tamales de fruta se pueden servir sin hoja con un espejo de la misma fruta, coronados con crema o nata batida y azúcar glass espolvoreada (si se quieren ver contemporáneos y quieren su programa en el canal once, si no sírvanlos como dios y las abuelitas mandan).
Acompáñense con el atole de su preferencia (que de preferencia no sea de fresa).


Los festejados, agradecemos a Yorch (morado friend) que aceptó ser mayordomo de la celebración de este año, dando vestido al Niño Dios.